Éste año se cumplen 32 del último incendio en el palacio municipal de San Miguel de Allende. Cuando además de ser la presidencia municipal también era la cárcel. El hecho empezó por un intento de fuga.
Fue el tercer incendio en el palacio municipal un lunes 4 de febrero de 1991. La entonces central de despacho de los bomberos recibió el reporte a las 9:30 de la mañana y alertaba de un fuerte olor a gas en dicho edificio, frente al jardín principal.
Minutos después, una explosión cimbró la guardia de la policía preventiva, y se expandió el incendio que por tercera ocasión en su historia dañaba el edificio municipal.
El Cuerpo de Bomberos de San Miguel de Allende, que para ese momento ya tenía 8 años de haberse creado, controló los tres focos provocados en el intento de fuga de los reos del CERERSO. Ubicado en ese entonces en los bajos y patio posterior de la presidencia municipal.
La contingencia presentaba dificultades, como el poco abastecimiento de agua en la zona. Existía un riesgo adicional pues de inicio se hablaba que los presos estaban armados. Además de las detonaciones del parque que se encontraba en la guardia de la inspección de policía, inclusive de armas automáticas cargadas.
La coordinación para el abastecimiento del agua para el combate de este incendio fue fundamental. Se trajo a través de pipas particulares desde varios puntos de la ciudad hasta el lugar del siniestro.
0 comentarios